En la empresa solo estás tú y por eso estás acostumbrado a encargarte de todo. Van pasando los meses y la carga de trabajo aumenta. Asumes cada vez más responsabilidades. Y, en definitiva, te dejas llevar por la inercia de tu negocio y, sin darte cuenta, al final el día a día te consume.

No todos los empresarios son conscientes de esto. Es más, piensan que es fruto de su rutina habitual y creen que están yendo por buen camino. En el fondo piensan… “si cada vez tengo más trabajo, será que lo estoy haciendo bien.”

Sin embargo, aquellos que sí saben ver que están cayendo en una trampa, son los que finalmente llevan una gestión empresarial eficiente.

¿Qué nos impide delegar?

Motivos hay muchos. Desconfianza, ego, temor a perder el control, pensar que la inversión es innecesaria, pensar en términos de “gasto” en lugar de “inversión” …

Pero si lo pensamos bien, son mayores las ventajas que los inconvenientes:

  1.   Reducir el estrés
  2.  Desconectar.
  3.  Tener más tiempo para ti.
  4.  Tener más tiempo para tu negocio.
  5.  Analizar posibles mejoras en la operativa del negocio/a>
  6.  Planificar.
  7.  Pensar en los objetivos a largo plazo.
  8.  Tu equipo sentirá que confías en ellos.
  9.  Aumentar la productividad.
  10. Descubrir el potencial de tu equipo.

 

1. Reducir el estrés.

Igual puedes sobrellevar altas cargas de trabajo. Puedes estar acostumbrado a dormir poco o trabajar bajo presión. Pero lo que no estás teniendo en cuenta es que tu cuerpo se va desgastando poco a poco.

Quizá ahora no eres consciente de ello, pero el estrés acaba pasando factura a largo plazo. Incluso en algunos casos el sistema nervioso no es capaz de recuperarse.

 

2. Desconectar.

Estar siempre enfocado en el trabajo tampoco es bueno para la mente. Distraerse con otras actividades, hacer deporte, relacionarse con los amigos… son alternativas que tienen que estar sí o sí en tu vida.

Anteponer siempre el trabajo a todo lo demás no puede ser una opción.

 

3.Tener más tiempo para ti.

Cuando aprendes a delegar, descubres momentos para ordenar tus ideas y reflexionar sobre tus objetivos personales o tus aspiraciones.

Estar a solas con uno mismo también es necesario y, aunque no lo parezca, es una de las piezas fundamentales para nuestro desarrollo personal. Y si te enriqueces a nivel personal, lo trasladarás al plano profesional.

 

4. Tener más tiempo para tu negocio.

Cuando delegas esas tareas más cotidianas, te das cuenta de que tienes más tiempo para gestionar otras áreas de tu negocio que quizá antes, en el fragor de la batalla, pasaban desapercibidas.

Es decir, se abre todo un abanico de nuevas tareas que antes no podías atender.

 

5. Analizar posibles mejoras en la operativa del negocio.

Una de esas tareas es la de análisis.

Cuando tienes tiempo para observar, analizar KPIs o hacer encuestas a tus clientes, puedes detectar ciertas mejoras que harán tu negocio más eficiente o adaptarte a las nuevas necesidades del mercado.

 

6. Planificar.

Otra de esas tareas es la planificación.

Dejarse llevar por la inercia del negocio, es una señal de que no existe una hoja de ruta, un camino o un enfoque concreto. Cuando esto pasa, es como si zarpásemos sin un rumbo fijo o como si nuestro barco fuese a la deriva.

 

7.Pensar en los objetivos a largo plazo.

Pero esta planificación a corto-medio plazo, no puede ocupar toda tu atención. Debes construir una empresa saludable y responsable con sus retos y aspiraciones.

Así, tu negocio estará también preparado para afrontar el futuro con mayores garantías de éxito.

 

8. Tu equipo sentirá que confías en ellos.

Y no sólo ganas tú y tu empresa, también lo notan tus colaboradores.

Adquirirán más carga de trabajo, lo cual implica mayor responsabilidad y confianza. Y esto también se aplica a nuestro equipo de colaboradores externo.

 

9.Aumentar la productividad.

Cuando esto ocurre, tu equipo te devuelve esa confianza en forma de mayor adrenalina, compromiso y gusto por el trabajo bien hecho.

Y, en definitiva, estarán más motivados porque sienten que son parte del proyecto y aumentará su sentimiento de pertenencia a la empresa.

 

10. Descubrir el potencial de tu equipo.

Ya sabes el dicho:

Si caminas solo, irás más rápido; pero si caminas acompañado, llegarás más lejos.”

Las personas tenemos mucho talento en nuestro interior, solo depende de nosotros como gestores saber sacarle el máximo provecho.

 

¿Hasta dónde puedes llegar?

Si delegas, lo averiguarás.