Ojalá tuviéramos una bola de cristal que vaticinase nuestro futuro, que nos dijera si nos va a ir bien trabajando por cuenta propia o cuándo lanzarnos a la aventura del emprendimiento.
Está claro que no poseemos la capacidad de hacer magia, pero lo que sí tenemos son datos e indicadores que pueden minimizar la incertidumbre.

Según un estudio (1) publicado por Harvard Business Review, la edad promedio de un fundador exitoso es de 45 años.

En el caso de España y según el último informe (2) GEM, muestran una población implicada en el proceso emprendedor mayoritariamente con estudios universitarios o de postgrado (55,3%) y la edad media a la que emprendemos los españoles se sitúa en los 42 años.

Como ves, aunque puede parecer que la mayoría de los emprendedores son jóvenes, no es así y además los más exitosos fundaron sus empresas tras superar la barrera de los 40.

¿Por qué? ¿Qué ventajas obtienen las personas que deciden emprender más tarde?

Viendo estos datos y sabiendo que la mitad (3) de las empresas españolas no duran ni 5 años en marcha, la observación y la prudencia son nuestros mejores aliados. Y es que, estos emprendedores cuadragenarios pueden reunir las virtudes y méritos que han acumulado a lo largo de toda su vida:

  • Han adquirido experiencia trabajando primero por cuenta ajena, contactos profesionales y vivencias que pueden aplicar ahora en su propia empresa.
  • Han tenido tiempo para formarse, observar buenas prácticas de un modelo de negocio determinado o ganar un conocimiento más profundo de un sector concreto.
  • Han podido ahorrar, así que ahora gozan de mayor libertad financiera gracias a que usan su propio dinero para invertirlo en el proyecto sin necesidad de endeudarse.

    Sin duda, grandes ventajas que no debemos pasar por alto.

¿Qué aspectos facilitan el emprendimiento?

Vale. Ahora imagina que cumples todos los requisitos anteriores y que, además, ya tienes los deberes hechos. Es decir, tienes una idea de negocio, has analizado el entorno, sabes cuál es tu propuesta de valor, los beneficios que obtendrán tus futuros clientes, tienes un plan de negocio y la idea es viable.

Entonces, ¿qué te falta para dar el paso? Quizá estos refuerzos potencien aún más tu confianza:

Financiación: ser autosuficiente es lo más cómodo pues te permite salir adelante con recursos propios. Pero también existe la posibilidad de contactar con posibles inversores que podrán cederte recursos económicos y humanos, ambos de gran utilidad para el desarrollo del negocio.
Referentes: tener un amigo, familiar o conocido que ha emprendido con éxito. Cada persona y negocio es un mundo, pero tener a alguien cerca hace que sientas que tú también puedes intentarlo.
Entorno: tener un socio o rodearte de personas que tengan tu misma actitud y pasión por el proyecto. Por ejemplo, una universidad que reúna personas con esas mismas inquietudes o incluso (más adelante) contratar futuros trabajadores que estén alineados con los valores de la empresa.
Mentores: alguien que te guíe en el camino o asesores externos que te ayuden a dar los pasos adecuados.

Como ves, el emprendimiento no debe significar lanzarse a la piscina a lo loco. Tiene más garantías de éxito si aprendemos primero, investigamos y buscamos las relaciones adecuadas.

 

Y tú, ¿tienes más de 40 y has sentido la llamada del emprendimiento?

—-
1.- Harvard Business Review, julio 2018. Recurso electrónico: https://hbr.org/2018/07/research-the-average-age-of-a-successful-startup-founder-is-45.
2.- Global Entrepreneurship Monitor. Informe GEM España 2020-2021.
3.- 20 minutos, julio de 2020: España sin dinamismo empresarial. La mitad de las nuevas empresas no sobreviven 5 años. Recurso electrónico: https://www.20minutos.es/noticia/4322341/0/espana-sin-dinamismo-empresarial-la-mitad-de-las-nuevas-empresas-no-sobreviven-5-anos/