Raquel y Pilar son arquitectas. Nos ayudan a buscar el mejor emplazamiento para un negocio, realizan el proyecto arquitectónico, diseñan el interiorismo de los espacios y tramitan las licencias necesarias. Saben que el local también vende y en esta entrevista nos dan pistas de cómo lograrlo.
¿Vende más el que tiene un local más bonito?
No exactamente. Se trata de crear el escenario adecuado para que el cliente viva una experiencia ”única”. Para lograrlo hay que analizar qué es lo que se quiere vender (un producto, un servicio, etc.), quién es el cliente objetivo (diferentes tipos de clientes requieren diferentes imágenes visuales) y con todos estos datos crear el escenario adecuado.
Para ello es imprescindible contar con especialistas que sepan manejar los colores, los recorridos, la iluminación, la exposición del producto, etc. En resumen, crear las sensaciones que vivirá el cliente que entra en nuestro establecimiento. La experiencia sensorial que vivimos en un local debería ser emocionante y seductora.
Si el contexto físico no es el adecuado el servicio o el producto que se vende pierde valor y eso supondrá que no se venda. No hay que olvidar que el 90% de la información que recibimos es visual.
¿Marcáis vuestro estilo al cliente o sus necesidades marcan vuestro trabajo?
Fundamentalmente escuchamos al cliente, que es quien mejor conoce cómo funciona su negocio y desde ahí analizamos sus necesidades. Como fruto de todo esto, desarrollamos nuestro proyecto guiando al cliente sobre los conceptos de diseño que refuerzan su idea de negocio, trabajando con la percepción del espacio, y asesorándole sobre cómo debe mostrar su producto de forma clara y rotunda.
¿El local más caro es siempre el más adecuado?
En absoluto. No es un tema de acabados más o menos caros, es un tema de organización del espacio. No es que esté de moda crear productos low cost, pero es parte de la función del arquitecto, dar el máximo de calidad con el menor gasto posible.
¿Cuáles son hasta ahora los dos trabajos con los que estáis más satisfechas?
La Antigua Taquería, un local en el que con una inversión de obra reducidísima se ha conseguido un cambio de imagen radical que, unida a una buena gestión de la propiedad, ha superado sus expectativas de negocio. También la ampliación del Centro de Estudios Financieros (CEF). Hemos conseguido dar respuesta a un programa complicado debido a la geometría de los espacios.
¿Cuáles son los elementos más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar un local?
Principalmente podemos hablar de cuatro: el emplazamiento, en cuanto a la relación con otros negocios del mismo tipo que pueden generar atracción o competencia y según el público objetivo al que se quiera atraer. En segundo lugar las dimensiones y la geometría del local: hay negocios que requieren de más espacio que otros para almacenes, espacios auxiliares, etc. También la normativa, que puede limitar más o menos la viabilidad de un negocio en un determinado local. Y por último, el presupuesto disponible.
¿Qué es lo que menos os gusta de vuestro trabajo?
El papeleo, las tramitaciones que por causas ajenas a nosotras se dilatan en el tiempo…
¿Y lo que más?
El momento en el que te ponen el proyecto en la cabeza y comienzas a imaginarlo…, y por supuesto, la cara del cliente cuando ve con sorpresa y agrado nuestras propuestas.
¿Es más importante el local o el producto?
Un envoltorio adecuado hace más atractivo el producto y siempre lo potencia, te da pistas de cómo va a ser lo que te vas a encontrar, creando expectación, emoción… si no se tiene en cuenta esto el producto no se vende.
¿Qué poder de atracción tiene el escaparate en una sociedad que cada vez compra más por internet y se va a pasear a los centros comerciales?
Los escaparates han perdido su cualidad expositiva convirtiéndose en ventanas hacia las sensaciones que el local quiere transmitir. Se escogen con mucho cuidado los elementos a exponer, simplificando la exposición en pos de la seducción, la sorpresa…
¿Está el futuro de las tiendas sólo en los grandes centros comerciales?
El centro comercial te da la posibilidad de elegir diferentes productos en un mismo lugar cuando tienes poco tiempo, pero ir de compras en un marco arquitectónico como es la ciudad es una experiencia mucho más enriquecedora, es vivir la ciudad, nada que ver con llegar al centro comercial a través de una autopista, de ahí al parking subterráneo y salir del mismo modo… Más que satisfacer las necesidades, el objetivo del marketing de experiencias debe ser conseguir que el cliente disfrute de la acción de la compra, y para eso el local es fundamental.